La Bombonera, otra vez en el ojo de la tormenta
El estadio Alberto J. Armando quedó otra vez apuntado por todos los flashes tras las lluvias intensas y un partido que no se pudo disputar. Obras que no se realizaron y una Selección Argentina que debió mudarse al Monumental ante estos problemas de drenaje.
La Bombonera quedó otra vez en el ojo de la tormenta justamente tras una intensa lluvia que afectó a todo la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, Boca no pudo disputar su partido frente a Newell's Old Boys por el anegamiento de su campo de juego.
Lo cierto es que si bien, el agua caída a lo largo del día fue mucha, este domingo se disputaron varios partidos de la Primera División e incluso la final por el ascenso a la Primera B entre Dock Sud y Berazategui no muy lejos del estadio del Xeneize.
Cabe recordar que el pasado 8 de agosto, el 'Xeneize' enfrentó a Argentinos en un contexto muy similar, finalmente se jugó y terminaron 1-1. En ese entonces, las diferentes patas del club coincidieron en poner manos a la obra urgente y, por ende, no jugar en su casa hasta fin de año. Ante ese potencial escenario y con el regreso del público próximo, el Consejo de Fútbol presidido por Juan Román Riquelme y la dirigencia comandada por Jorge Amor Ameal desistieron aunque llegaron a realizar averiguaciones para mudar la localía a otro escenario por cinco meses.
Con respecto a este tema, Jorge Bermúdez dijo: "Lleva la cancha mucho tiempo que se le haga el trabajo adecuado para solucionar este problema y estamos comprometidos en hacerlo, es un trabajo que debió planificarse hace tiempo, más de 20 años la cancha tuvo que haberse hecho este trabajo y no se hizo".
Este es un problema que a Boca le aparece con frecuencia y no termina de solucionar. Se puede recordar cómo los empleados ya se habían esforzado en 2016, en la previa a aquella inolvidable semifinal perdida ante Independiente del Valle por la Copa Libertadores, para mejorar el sector del campo que está cercano a la platea preferencial: era una costumbre de esos años observar la acumulación de barros y pozos ante las precipitaciones intensas.