(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Miguel Angel Lemme compartió muchos momentos con José Luis "Tata" Brown al coincidir en Estudiantes de La Plata. El fallecimiento del ídolo del Pincha, que padecía una enfermedad neurodegenerativa, sorprendió a muchos y este martes se reunieron para despedirlo. 

Lemme habló en exclusiva con Doble Amarilla, comentó sus sensaciones encontradas y destacó que lo recordarán "como una gran persona y un gran jugador". Repasó anécdotas y también habló del estado de salud de Carlos Bilardo: "Sostiene las conversaciones, pide comida, así como hoy pizza con anchoas, el otro día panchos, entonces le dan todo lo que él quiere porque por suerte está muy bien", reveló, sobre el "Doctor". 

- Doble Amarilla: ¿Cómo fue el momento que se enteró la noticia del Tata y cómo fue esta mañana acompañando a su familia?

- Miguel Angel Lemme: Yo lo tomo con mucha tristeza por el desenlace pero contento porque viví muchas cosas lindas con él y eso es lo que hay que recordar. Estuvimos con Gugnali, con Camino, con Pachamé y muchos más, recordamos muchas anécdotas del '82 y nos reíamos como tiene que ser, recordando lo lindo porque el "Caballo", como le decíamos, hacía cosas que nos hacían reír mucho. Planeamos recordarlo como una gran persona y como un gran jugador. Todos saben el caudillo y lo mariscal que era en el' 82 y en el '86 en la Selección, así que hay que recordarlo como era realmente, con todos los buenos conceptos que tuvo en su vida. 

- DA: ¿Cómo notó a su familia más allá de esto que te cuenta?

- MAL: Saludé al hijo, a Silvia su primera mujer y estuve charlando un poco con ellos, también recordando cosas de cuando por ejemplo eran chicos y hablábamos de que a veces te toca y Dios te llama para estar al lado de él y contra eso no se puede. Lo que decían Silvia y Juani es que Dios le dijo que era este momento pero que lo importante era que no lo hizo sufrir.

 - DA: ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza si le hablo del Tata?

- MAL: Por ejemplo cuando íbamos en el micro y pasábamos por Quilmes, había un restaurante que tenía un toro en la puerta,era una cervecería. Yo siempre iba en el primer asiento con Sabella y del otro lado en el asiento izquierdo iba Bilardo y cuando estábamos llegando a ese lugar empezaban a a tirar cosas y cantaban. A Carlos eso no le gustaba me acuerdo y el Tata le decía 'mirá que esto es cábala eh, si lo cortamos no ganamos más' y entonces Carlos se reía y le pedía que por favor siguiera. Después recuerdo un partido que jugamos con unos japoneses que vamos a comer y Bilardo s le dice 'Tata, dale vino a estos'. Comimos a las 11 de la mañana y a las 15:00 jugábamos pero resulta que esa hora los japoneses ya estaban todos ebrios. Y después hoy también recordábamos que yo después fui a dirigir a Japón y uno de los ayudantes que me tocó era un jugador que estaba ahí y me lo hizo recordar, por eso digo qué al tata hay que recordarlo de esta manera, de una manera linda. Insisto que como jugador fue intachable, impasable, muy ganador en las dos áreas y ganador adentro del campo de juego, uno de los más grandes que tuvo el fútbol argentino.

- DA: Ya que nombró a Carlos Bilardo lo quiero aprovechar, ¿cómo está el después de lo que pasó?

- MAL: Cuando llegaron hoy los muchachos del '86 a La Plata, salude al Checho y le dije que me iba a ver a Carlos. Almorcé con él hace un rato, comimos pizza con anchoas y por suerte está muy bien. Es cierto que estuvo muy mal pero gracias a Dios está bien, le pusimos una película y no le dijimos nada ni de lo de Malbernat ni lo del Tata aunque no es tonto, me pregunto porque venía con esa pinta y le inventé que venía de una reunión de laburo pero gracias a Dios está muy bien y esperemos que siga así.

- DA: ¿Qué le dijeron los médicos? Porque la realidad que la información que llegaba es que era muy complicado el cuadro

- MAL: Ni ellos lo podían creer. Yo siempre hablo con los médicos porque de lunes a viernes yo estoy ahí y cuando la operaron lo que me dijeron es que estaba en manos de Dios y el otro día le pregunté al doctor qué pasó y me dijo la única explicación es la fuerza de vivir de él porque además está muy bien. Sostiene las conversaciones, pide comida, así como hoy pizza con anchoas, el otro día panchos, entonces le dan todo lo que él quiere porque por suerte está muy bien. Evidentemente Dios no se lo quiso llevar y esperemos que nos dure muchísimo tiempo más.