Pandemia, crisis y la muerte de Maradona: el 2020 como el año más triste para la historia del fútbol argentino
De más está decir que fue un año para el olvido. Un contexto marcado por las muertes, urgencias y problemas económicos. Y el fútbol argentino no estuvo exento a esta lógica. Más de seis meses sin competencia oficial y clubes complicados por la falta de recaudación. Y como si no fuera poco, también se nos fue Diego Maradona, dejando un gran dolor en el país. El único orgullo estuvo marcado por el protagonismo en las copas internacionales y la continuidad todas las categorías de nuestro fútbol. Detalles.
Llegamos a fin de año y para fortuna del país se da con los jugadores en la cancha y la pelota rodando. Eso sí, previamente hubo una gran discusión y muchas dudas para la vuelta del fútbol argentino en tiempos de pandemia. Y pese a las demoras y a ser una de las últimas ligas sudamericanas en volver, hoy tiene en los segmentos de copas internacionales a varios equipos como protagonistas.
Fue el 3 de marzo cuando se confirmó el primer contagio por covid-19 en el país y 17 días después cuando el Presidente de la Nación, Alberto Fernández decretó la cuarentena obligatoria a nivel nacional tras el avance de la pandemia. Pero dos días antes de ese DNU, precisamente el 18 de marzo, la AFA, en conjunto con la extinta Superliga y Agremiados habían acordado suspender el fútbol hasta el 31 de marzo. Aunque claro, las condiciones obligaron a extender esa decisión por largo trecho.
La incertidumbre era tal que los futbolistas no estaban muy de acuerdo con salir a la cancha, al menos una parte. El caso más taxativo fue el de River, que no se presentó a su propio estadio para jugar frente a Atlético Tucumán. De hecho hace poco el Tribunal de Disciplina de AFA no sancionó al club por “preservar la integridad física de los miembros en conjunto”, aunque el Decano apeló esta decisión por diferencias.
Pero eso fue anecdótico, dado que había un profundo desconocimiento y falta de información sobre un virus con alto nivel de contagiosidad. La sociedad estaba perturbada por las noticias y el fútbol argentino estaba en la misma situación. Y tras discusiones, la decisión fue cerrar las puertas de todos los clubes para preservar la salud. Para lo único que se abrieron fue para brindar las instalaciones donde se instalaron camas comunes o de terapia intensiva para los pacientes infectados.
Las instituciones estuvieron en su gran mayoría al servicio de la comunidad, desde ayudar con insumos sanitarios hasta brindar ollas populares para aquellas personas que estaban en la calle o necesitaban asistencia. Pero la postura para prevenir era indeclinable: no estaban abiertas las puertas para el deporte. Eso conllevo a menos recaudación en las cuotas y en las actividades particulares. El problema era que mientras caía la recaudación, se mantenían los gastos fijos y las deudas habituales.
Sin embargo era imposible poder volver a jugar, y mucho menos con la gente en los estadios. Fue entonces el 28 de abril cuando el Comité Ejecutivo de AFA, de forma virtual, finalizó la temporada y suspendió los descensos en todas sus categorías. Fue una de las pocas veces donde no pregonó la frase “el show debe continuar”. En la misma línea de esta suspensión, al siguiente mes Claudio Tapia fue reelecto como presidente de la Casa Madre hasta 2025 y Marcelo Tinelli daba el salto para presidir la Liga Profesional del Fútbol (LPF).
Entrenamientos lejos de las canchas
Mientras AFA realizaba campañas de prevención y los clubes seguían con las tareas sociales, los planteles profesionales trabajaban desde sus casas y de forma remota. Algunos en sus extensos parques y otros en sus humildes monoambientes. Sin distinciones y sin posibilidad de hacer excepciones, porque la pandemia seguía acechando a la población. En eso aparecían futbolistas mayores de edad con incertidumbre por su futuro, pensando en si valía la pena extender su carrera para un torneo que quizás no daba inicio.
Pero un día hubo nuevas diferencias entre el Millonario y la conducción de AFA, y así como fue el primer club en revelarse contra la pandemia, también fue el primero en pedir la vuelta a los entrenamientos a través de Marcelo Gallardo. En una entrevista con Radio La Red, el DT suplicó por la vuelta para que los futbolistas puedan trabajar con protocolos, sobre todo en los casos del Interior, donde se daban pocos casos. En ese entonces la postura de buena parte de los dirigentes era no ceder en casos particulares para no dar lugar a la “ventaja deportiva”.
La ventaja deportiva finalmente fue un concepto que poco valió a nivel sudamericano, dado que la liga argentina fue una de las últimas en volver y hoy tiene en los frentes internacionales a sus equipos como protagonistas, tanto en Copa Libertadores como Sudamericana. Pero la premisa era “volver todos juntos”. Y la dirigencia trabajó sobre esa línea, incluso teniendo charlas de prevención y protocolos, entre ellos con Pedro Cahn, uno de los infectólogos y asesores del Gobierno.
Y tras cinco meses de pandemia, la vuelta oficial a los entrenamientos fue el 10 de agosto con estrictos protocolos y con el mecanismo de testeos de por medio, tanto serológicos como los hisopados PCR. Las jornadas habían arrojado más de tres decenas de futbolistas con casos positivos por coronavirus.
Primero arrancaron de a pequeños grupos y luego se fueron integrando hasta que entrene el plantel en conjunto. Y con resultados satisfactorios, avanzaron con los amistosos, donde también se dieron buenos desarrollos sin brotes. Sin embargo, la postura de AFA siempre fue que la competencia oficial iba a dar su vuelta siempre y cuando el Gobierno Nacional diera el OK junto con su Ministerio de Salud. Y tras una reunión a mediados de octubre, hubo visto bueno para definir las fechas del regreso, que terminó siendo para la Primera División para el 30 de octubre, con la victoria del Gimnasia de Diego Maradona -allí cumpliría 60 años y empezaría el peor desenlace- por 3 a 0 ante Patronato.
La muerte de Diego y otras dolorosas partidas
La pandemia azotó al país y trajo notables consecuencias, desde pérdidas familiares hasta fuentes de trabajo y niveles de pobreza que son alarmantes. Y el mundo del fútbol, que todavía sigue siendo rehén de esta lógica, perdió a Diego Maradona un 25 de noviembre tras una insuficiencia cardíaca aguda. Una pérdida para el pueblo argentino que apenas pudo despedirlo en una Casa Rosada repleta de dolor y una Plaza de Mayo desbordada de hinchas, fanáticos y amantes del jugador más grande de todos los tiempos.
Pero no es todo, porque también este año trajo otras tristezas deportivas, como los fallecimientos del histórico arquero de River, Amadeo Carrizo; y de uno de los mitos más atrapantes del fútbol argentino; el Trinche Carlovich.
De momento el fútbol sigue sin inconvenientes pero la idea del fútbol con público sigue siendo lejana ante la especulación con una posible segunda ola de coronavirus. Y en Argentina sigue siendo difícil seducir a futbolistas del extranjero, mientras que cada vez es más difícil poder vender futbolistas propios. El único gran orgullo es la presencia de los equipos argentinos en los segmentos internacionales. Pero entre la pandemia, la muerte de Diego Maradona y la ausencia del público en los estadios, podemos hablar de que el 2020 fue el año más doloroso, complicado y triste para la historia del fútbol argentino.