Dio sus primeros pasos en Boca y fue una de las grandes promesas de Inferiores de su época. Compartió plantel con Juan Román Riquelme y muchos otros ídolos del club de sus amores. Su gran nivel hizo que lo sondeara el Liverpool, aunque luego no se dio la transferencia. A todos estos condimentos de su trayectoria, se sumó el haberse salvado de un terrible terremoto.

La historia tiene como protagonista a Exequiel Benavídez, mediocampista santiagueño que surgió en el “Xeneize” y debutó allá por 2007. Con apenas 16 años, se entrenaba con figuras como Riquelme, Martín Palermo, Roberto Abbondanzieri, Hugo Ibarra y Sebastián Battaglia.

Su nivel lo puso en la mira de un gigante inglés. Era una gran oportunidad para él, pero finalmente la operación se frustró y la carrera de Benavídez tomó otro rumbo: “Surgió la posibilidad de jugar en Liverpool. En ese momento, se tomó la decisión de que vaya Emiliano Insúa. Si en ese momento me hubiera ido yo, además de Insúa y otro compañero más por quien pidieron prioridad, quizás mi carrera hubiera cambiado”, afirmó.

Jugó con Riquelme en Boca, fue sondeado por Liverpool y se salvó de un tremendo terremoto

Tras su paso por Boca, Benavídez jugó en varios clubes de Sudamérica. Pero lo que sin dudas lo marcó fue su etapa en Deportes Iquique de Chile. Porque tuvo un buen rendimiento, porque fue campeón y porque coincidió con momento dramático en su vida: el terremoto de 2014.

“Fue terrible. Fue un año que tuvimos cosas buenas y malas porque salimos campeones con un equipo que era de mitad de tabla en Chile y nos tocó vivir uno de los terremotos más grandes de la historia de Chile y el epicentro fue en la ciudad donde yo estaba. (…) Es algo que no se lo deseo nadie porque nunca tuve tanto miedo. Era una película de terror, se movía todo, se caía todo, se cortaba la luz, se prendía, se cortaba, se prendía hasta que se cortó. (…) La ciudad parecía una zona de guerra”, rememoró sobre aquel episodio.

El retiro de Exequiel Benavídez por una lesión

Jugó con Riquelme en Boca, fue sondeado por Liverpool y se salvó de un tremendo terremoto

Cuando todavía estaba en Boca, el volante sufrió una luxación de hombro que lo marcaría de por vida. “Me habrá tomado dos meses y medio volver a la competencia. Nunca más tuve problemas hasta que se me volvió a luxar cuando estaba en Colombia a mediados del 2019”, explicó.

Al negarse a que lo operen, empezó a sufrir luxaciones cada vez más seguido, hasta que se le hizo imposible seguir jugando al fútbol.

 “Me llevó a limitarme en movimientos técnicos, en forcejeos, en tirarme al piso para recuperar la pelota. Limitó mi nivel futbolístico, no podía potenciarme nunca, siempre jugaba con ese temor que te hace prevenir cosas. Después fui teniendo un desgaste mental. Fui sufriendo el día a día porque realmente ya no lo disfrutaba”, lamentó.