La anécdota poco conocida detrás del gol histórico de Palermo a Perú con la Selección Argentina
Fue uno de los tantos más gritados de la historia de la "Albiceleste", pero tras la anotación del "Titán" hay una situación que merece ser contada.
Uno de los encuentros más duros que enfrentó la Selección Argentina en las Eliminatorias Sudamericanas fue el que disputó de local ante Perú en 2009. En el estadio Monumental, y con un vendaval como describió el entrenador Diego Maradona, Martín Palermo convirtió el agónico 2-1 que allanó la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010.
En aquella noche tormentosa, la épica se la puso el “Titán”. Quien aún hoy es el máximo goleador de la historia de Boca se vistió de héroe al convertir el tanto del triunfo e hizo delirar a todo un pueblo que se quedaba afuera de la Copa del Mundo. Pero más allá del gol, hay una anécdota desconocida que relató el “Loco” tras el festejo desbordado en la cancha.
“De todo el revuelo que se arma, la pelota le terminó cayendo al hermano de mi señora. Cuando voy a saludarlo, lo veo que estaba con una pelota debajo del brazo”, contó el delantero surgido de Estudiantes y que viene de ganar su primer título como entrenador al frente del Olimpia.
"Le pregunté: '¿Y esa pelota?' Me respondió: 'Me cayó después del gol, no sé cómo'. Así que tengo la pelota en mi casa guardada como recuerdo, una anécdota increíble", contó hace un tiempo en DSports. Una muestra, una más, de que siempre fue un elegido
Los números de Palermo en la Selección Argentina
A veces se necesita poco para hacer mucho. El histórico goleador “Xeneize”, Martín Palermo, escribió las páginas de su período en la Selección Argentina en tan sólo 15 encuentros, en los cuales se lo puede dividir en dos etapas.
La primera etapa del Titán fue cuando Marcelo Bielsa era el entrenador y, al ver un buen rendimiento en Boca, en febrero de 1999 decide convocarlo para jugar un amistoso contra Venezuela, partido que la Albiceleste le ganó a la Vinotinto por 2-0.
Luego jugó dos amistosos más contra México y Lituania, donde claramente se ganó la confianza del Loco y tuvo su lugar en el plantel que diagramó el rosarino y que disputaría la Copa América del año 1999 en Paraguay.
El segundo ciclo vino años después, con un Martín Palermo más experimentado y que tenía un gran nivel en Boca, lo cual llamó la atención de Diego Armando Maradona, que lo llevó a la Selección para que esté en el banco contra Brasil y Paraguay, ingresando ante éste último 59 minutos donde no pudo cambiar el rumbo y cayó derrotado por 1 a 0.
Días más tarde, Pelusa decidió mandarlo de titular contra Ghana en un combinado argentino plagado de jugadores que se desempeñaban en el torneo de Primera División Argentino, encuentro en el cual metió los dos goles de la victoria.
Luego tuvo aquella noche soñada en el Monumental, donde apareció él, el hombre de la película, que tras un centro por debajo de Federico Insúa, tocó la pelota y desato el delirio de sus compañeros, del Diego y de todos los hinchas presentes y no presentes en la cancha.
Maradona luego de este heroíco partido tomó la decisión de llevarlo al Mundial, donde sólo disputo el último partido de la Fase de Grupos contra Grecia, partido que culminó 2 a 0 con el sello del Titán, que con 13 minutos en cancha mandó al fondo de la red una pelota que le quedó servida y, una vez más, hacía gritar al pueblo argentino.